Monsanto y otras dos multinacionales solicitan experimentar en Andalucía con cultivos transgénicos

06-02-2009

Utrera y Lebrija son algunos de los ocho pueblos andaluces en los que una de las más temidas, poderosas y criticadas multinacionales del mundo, la estadounidense Monsanto, junto con Pioneer y Procase quiere ampliar sus cultivos de maíz transgénico con el permiso del Gobierno de España, el único de la UE que permite el cultivo a gran escala de los alimentos modificados genéticamente. Frente a estas intenciones, Amigos de la Tierra, Greenpeace o COAG han presentado alegaciones y alertan de que estos experimentos genéticos afectan a la salud y al medioambiente, como señalan innumerables estudios científicos.

El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino sacó hace poco a información pública 11 solicitudes de campos experimentales de maíz transgénico de las empresas Monsanto, Pioneer y Procase en un total de 67 municipios de todo el país, repartidos por Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid, Extremadura, Navarra, Galicia y Cataluña. Algunas organizaciones ecologistas presentaron alegaciones a todas estas peticiones de experimentación en una superficie total de más de 500.000 metros cuadrados.

En Andalucía, las poblaciones que podrían verse afectadas son Dos Hermanas, Los Palacios-Villafranca, Marchena, Utrera, Lebrija, Aznalcázar y El Cuervo en Sevilla y Fuente Palmera en Córdoba (Vea AQUÍ el listado completo de los 67 municipios de España).

A diferencia de otras marcas globales reconocibles que han sufrido daños en su imagen como Mac Donalds o Nike a causa de las críticas que provoca su actividad, Monsanto es desconocida para el gran público, y sin embargo, mucho más poderosa e influyente que las dos empresas citadas. Aún así existen toneladas de documentación, especialmente en Internet, que sitúa a este conglomerado como uno, sino el mayor, de los enemigos públicos del planeta Tierra. Sería necesario mucho tiempo y espacio para descubrir sus orígenes, inventos y capacidad destructiva; baste con echar un vistazo a los vídeos que acompañan esta información, extraídos del documental ‘El Mundo según Monsanto’, de la francesa Maria Monique Robin, basado en el libro de la misma autora.

Con un currículum en el que figuran el lucro con la distribución del agente naranja, el PBC o la toxina de crecimiento para el ganado vacuno, Monsanto ha encontrado en España su mayor campo de acción de toda la Unión Europea. Si alimentos como el maíz transgénico ya se cultivan de hecho en suelo patrio, a pesar de que existen estudios que señalan riesgos para la salud, amenazas para cultivos tradicionales y pérdida de biodiversidad, lo que se plantea ahora -con el permiso del Gobierno- es el aumento de estas superficies. Los municipios de Fuente Palmera en Córdoba o Utrera, Lebrija, Aznalcázar o El Cuervo en Sevilla, son algunos de los 67 señalados para ensayos al aire libre con este tipo de maíz.

El responsable de agricultura y alimentación de Amigos de la Tierra, David Sánchez, sostiene que es imposible “controlar la dispersión del polen de estas plantas transgénicas, que pueden contaminar cultivos destinados a la alimentación incluso a kilómetros de distancia”, por lo que duda en señalar que el riesgo para la salud pública “es evidente”. Desde su organización enarbolan un reciente estudio científico del Gobierno de Austria que concluyó que los ratones alimentados con este maíz transgénico para el que se ha vuelto a solicitar autorización (NK603xMON810) tuvieron menos descendencia que los alimentados con maíz no transgénico.

Recordemos que transgénicos se denominan a los alimentos cuyo material genético ha sido alterado deliberadamente, que esta ingeniería genética tiene un fin comercial y que el 90% del mercado mundial de transgénicos lo domina la firma norteamericana Monsanto.